La carne
Rovellons con conejo

Ingredientes:
  • -1 conejo troceado (con su higado)
  • - 12 rovellones
  • - 4 docenas de caracoles de monte (vaquetas)
  • - 2 dientes de ajo
  • - 1 hojita de laurel
  • - 1 ramitas de romero, tomillo o pebrella
  • - 2 rebanaditas de pan
  • - 2 cucharaditas de pimentón
  • - Aceite
  • - Sal
  • - Agua
Preparación:
  1. Salpimentar el conejo.
  2. Limpiar de tierra con un trapo limpio y sin agua los rovellones y trocearlos.
  3. En una cazuela de barro con aceite sofreir los ajos laminados, el pan y el hígado del conejo.
  4. Una vez frito dejaremos que se enfríe y lo majaremos en el mortero junto a un poco de romero, tomillo o pebrella y el pimentón.
  5. En el mismo aceite y a fuego fuerte, dorar el conejo junto a una hojita de laurel y cuando empiece a tomar color, añadir el majado e inmediatamente cubrir con agua.
  6. Remover bien, añadir sal y dejar cocer, a fuego lento, unos 30 minutos con la tapa puesta.
  7. Añadir los rovellones troceados y los caracoles previamente limpios y hervidos, rectificar de sal y dejar cocer 10 minutos más.
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El mercado de la "escuraeta"

Este mercado cuya antigüedad se remonta a los tiempos de cristianización de la ciudad (siglos XIIII-XIV) era el lugar donde los aprendices del oficio de alfareros exponían sus cacharros para demostrar su habilidad y destreza y así ser admitidos en el Gremio alfarero.

Es un mercado cuyo principal producto de venta es material de loza, cerámica y barro cocido para el hogar.

Desde los pueblos de los alrededores de la ciudad venían al mercado a la compra de este tipo de artículos.

Uno de los productos más tradicionales es la conocida como Campanita de la Virgen, consistente en una pequeña campana de barro cocido, con el yugo pintado de rojo.

A los pies del Miguelete y a la entrada de la Catedral, es el lugar privilegiado para visitar este pequeño mercado y disfrutar del entorno en cualquiera de sus múltiples establecimientos hosteleros.

...y siempre hay algún gracioso que, aunque esté cerrado, le gusta provocar una sonrisa en los paseantes.